En tu muñeca llevas
la gracia y el salero,
en tu corazón arde el sol de media tarde
y por bulerías te canta que eres torero.
Qué grandes tus naturales, Manzanares,
qué compás y qué arte sobre el albero.
Cada pase es una brisa cálida
sobre un mar de arena dorada
y bajo un cielo hecho
silencio.
Maestro, torero de toreros,
qué suerte verte en el ruedo
con tu compás
llevando,
en sublime danza, la muerte
de un toro bravo y fiero.
Maestro, torero de toreros,
José Mari Manzanares
hoy, ya, en el cielo.
Pablo
Pablo
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