Como seis
sombras oscuras,
como seis
noches de invierno,
a la
espera de un abril,
están los
seis toros negros.
Seis lunas
tendidas brillan
sobre la
testuz rizada,
seis
alfanjes, seis floretes,
seis
puñales, seis navajas.
En el
cercado campero,
al acecho
de las vacas,
seis toros
negros, cuatreños,
sueñan
morir en la plaza.
Sobre la
arena dejaron
muestras
de su sangre brava;
ya van al
desolladero,
los llevan
mulas castañas.
Eduardo Bonet
Molina
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